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Mostrando entradas de agosto, 2021

TÚ, QUE ERES TODO

Tú, que eres tormenta y a la vez paz, tú que buscas coser mis heridas y que besas mis días grises, tú que buscas escapar incluso sabiendo que no existe una salida, vuelves y sacas lo mejor de mí. Tú y mil veces tú. Por qué me enseñaste la diferencia de querer un rato y querer siempre, tú que no juzgaste y te quedaste cuando todos se marcharon, y yo más los necesitaba. A ti, que eres mi destino final, mil lugar de paz, mi guerra favorita y mis treguas más convincentes. A ti que caminas en mi pensamiento y cuando llegas a tocarme me me derrito, si debo huir a un lugar será a ti, con nadie más. Inventaré más palabras, nada me basta si se trata de tí.      (A mi segundo tesoro)

AMO A LOS HOMBRES

Cuánto amo a los hombres  y con ello no me refiero al género  humano sino a lo masculino,  a los hombres, mi espejo, distinto, hermosamente distinto. Amo su fuerza y la forma en que la muestran, y es que no es necesario  que la impongan, griten o demuestren nacieron con ella.  Amo su mente práctica,  la claridad con que resuelven  y no se envuelven. Amo que sean chismosos;  les encanta el chisme  aunque jamás lo admiten.  Amo cuando cocinan,  su sabor y sazón es inigualable;  debe ser porque les encanta comer  y desde ahí les nace;  es una lástima que algunos crean  que no es su lugar,  deberían de probar.  Amo cuando son amigos  y te escuchan por horas,  las mismas cosas nuestras,  nuestro mundo;  y nos contestan con  monosílabos si, no, tu que quieres, pero siguen ahí y nos escuchan.  Amo cuando son papás  y se hacen los duros, los fuertes,  los que ponen límites y normas;  cuando por dentro se ríen,  se mueren de amor  pero saben que en ese momento  son padres.  Amo cuando te toman 

CUANDO SE CIERRA LA CASA DE LOS ABUELOS

Uno de los momentos más tristes de nuestras vidas llega cuando se cierra para siempre la puerta de la casa de los abuelos , y es que, al cerrarse esa puerta, damos por finalizados los encuentros con todos los miembros de la familia, que en ocasiones especiales cuando se juntan, enaltecen los apellidos, como si de una familia real se tratase, y llevados siempre por el amor a los abuelos, cual bandera.  Cuando cerramos la casa de los abuelos , damos por terminado las tardes de alegría con tíos, primos, nietos, sobrinos, padres, hermanos, e incluso, novios pasajeros que se enamoran del ambiente que allí se respira.  Ni siquiera hace falta salir a la calle, estar en la casa de los abuelos es lo que toda la familia necesitaba para ser feliz.  Los reencuentros en navidad que cada año que llegan piensas si será la última vez... Cuesta aceptar que esto tenga fecha límite, que algún día todo estará cubierto de polvo y las risas serán un recuerdo ido de tal vez tiempos mejores. El año pasa mient