Quisiera sentarme aquí frente al mar, a hablar sobre ti.
De las veces que fuimos tan felices, de lo que me enseñaste, de lo que me enseñaste y aprendí, de tus errores, de los míos... Y de todo lo que aún conservo.
Quisiera sentarme frente a ese banco en medio del campo donde no transita ni un alma, entender que como el tiempo va y viene, por qué realmente va y viene, como las personas.
Quisiera sentarme y contar todos los esfuerzos que hice para sentir esa felicidad y si la conseguí.
Quisiera decirte querido tiempo que ahora me doy cuenta de que para ser feliz no hay que esforzarse mucho simplemente hay que sentirla.
Y gracias vida por enseñarme donde debería de volver a pecar y donde no.
Estoy orgullosa realmente de lo que soy hoy mismo, otros no hubieran durado tanto en la batalla...
Gracias a mí misma por haber llevado tan grandes enseñanzas.
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