Ir al contenido principal

QUISIERA SER UN POQUITO MÁS TÚ

Quisiera ya no darle tanta importancia a ciertas cosas, pensarlas menos, deshacerme de las preguntas que formulo en mi mente y de las múltiples posibles respuestas que les doy.

No sé cuánta mala suerte se debe tener para que, cuando al fin te sientes capaz de dar lo mejor de ti, cuando dejas unos cuántos miedos atrás, cuando te desprendes de ciertas cosas que no te dejaban avanzar, cuando decides dar vuelta a la hoja, cuando ¡por fin! quieres hacer las cosas bien… elijes a la persona incorrecta.

Somos diferentes, eso me queda bastante claro. Sé que no acostumbras a dar demasiadas muestras de afecto y en cambio yo suelo ser demasiado atenta con las personas a las que quiero.  Entiendo que tu forma de ver la vida es muy distinta, muy despreocupada y demasiado veloz.

Y sé que probablemente no soy el tipo de persona que buscas, porque tampoco lo eras tú para mí; sin embargo, entre tantas diferencias supe acoplarme a tu forma de llevar la vida, a tu forma tan extraña de querer y a tu singular estado fuera de sí.

Supe encontrar tus virtudes y minimizar en extremo tus defectos, supe justificar tu manera de ser conmigo y apretar con mi puño cada decepción que sentía al darme cuenta de que no representaba nada en tu vida. Supe quererte así, tan tú, tan contrario a lo que en ese momento necesitaba.

Y quise aferrarme tanto a ti, que por un momento dejé de ser yo. Dejé por detrás mis principios y las ideas que tenía sobre el amor. Dejé de actuar como normalmente lo hacía, callando lo que pensaba y sentía para no hacerte sentir incómodo.

Creo que ese fue el gran error, no limitarme, no tener una táctica y apretar el acelerador con el pánico inminente que significaría el estrellarme a toda velocidad contra un muro. Y lo hice, y como era de esperarse, no salí ilesa.

Escribo no con otra intención sino la de afirmarte que esto pasará, no sin que antes sepas que puse todo de mí hasta donde me permitiste. Pasará y serás un capítulo más en mi vida, de esos que ya no vale la pena releer.

Te lo dije, soy lenta para olvidar, pero cuando lo logro… ya no hay nada que me haga regresar.











































                                (Mayeli Tellez)

Comentarios

Entradas populares de este blog

ME VOLVÍ MUJER...

Me volví..... Me volví una mujer feliz, cuando me di cuenta que la vida es tan bella como para echarla a perder en tonterías... Me volvió una mujer feliz, cuando me di cuenta que no morí por desamor, que gracias a eso obtuve experiencia de lo que jamás volveré a permitir... Me volví una mujer feliz, cuando me diagnosticaron esa enfermedad, qué lejos de hacerme caer me motivo a seguir luchando por vivir... Me volví una mujer feliz, cuando me quedé sin nada, y pude ver cómo se alejaban, todas aquellas personas que decían ser mis amigos... Me volví una mujer feliz cuando perdí mi trabajo, eso hizo que saliera de mi zona de confort y encontrara algo mejor... Me volví una mujer feliz, cuando Dios se llevó lo que más amaba, me enseñó a valorar, a soportar el más inmenso dolor, a poder salir de esa oscuridad y reconciliarme con él, ver la vida de otra manera... Me volví una mujer feliz porque se, que cada día Dios me da la oportunidad de hacerlo. No importa los problemas que tengan o lo mal q...

INFINITAMENTE ROTO

"Dice estar muerto pero llora con ciertas canciones y se conmueve al filo de un libro. Él no está muerto, solo está infinitamente roto". —Elena Poe

FASES DE DUELO

La psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross identifica cinco estadios que tienen lugar, en mayor o menor grado, siempre que sufrimos una pérdida. Aunque pueden darse sucesivamente, no siempre tiene por qué ser así. Cada proceso, como cada persona, es único. 1. Negación La negación es una reacción que se produce de forma muy habitual inmediatamente después de una pérdida. No es infrecuente que, cuando experimentamos una pérdida súbita, tengamos una sensación de irrealidad o de incredulidad que puede verse acompañada de una congelación de las emociones. Se puede manifestar con expresiones tales como: “aún no me creo que sea verdad”, “es como si estuviera viviendo una pesadilla” e incluso con actitudes de aparente “entereza emocional” o de actuar “como si no hubiera pasado nada”. La negación puede ser más sutil y presentarse de un modo difuso o abstracto, restando importancia a la gravedad de la pérdida o no asumiendo que sea irreversible, cuando en muchos casos lo es. 2. Ira A menudo, el p...